Los aminoácidos no esenciales

Los aminoácidos son pequeñas moléculas que unidas entre sí en forma de cadena constituyen la estructura de las proteínas.

Los aminoácidos no esenciales son los que nuestro organismo puede formar a partir de otras sustancias, por lo tanto no es necesario suministrarlos a través de la dieta.

Los distintos tipos de aminoácidos no esenciales son:

  • Arginina: excitación sexual, retrasar el crecimiento de tumores, reforzar el sistema inmunológico, desintoxicar el hígado, facilitar el aumento de masa muscular y la reducción de grasa corporal, liberar hormonas de crecimiento, reparar tejidos, estimular el páncreas para que libere insulina.
  • Ácido Aspártico: Aumentar la resistencia, disminuir la fatiga crónica y la depresión, proteger el hígado, antioxidante, formación de células, facilitar el transporte de minerales, colaborar con la función del ADN.
  • Cisteína: Antioxidante (desintoxica y retrasa el proceso de envejecimiento), proteger contra radiaciones, proteger el hígado y el cerebro contra daños causados por alcohol y drogas, cicatrización de quemaduras, quemar grasa y formar músculo.
  • Ácido Glutámico: Actuar como neurotransmisor (encontrándose gran parte de este en el cerebro), metabolizar azúcares y grasas, proporcionar energía al cerebro.
  • Glutamina: Formar y mantener tejido muscular, proporcionar energía al cerebro (aumentando la actividad mental), regular el pH del cuerpo, aliviar la fatiga, facilitar las digestiones.
  • Glicina: Retardar la degeneración muscular, mejorar el almacenamiento de glucógeno, prevenir enfermedades de próstata, ayudar al nervioso central y al sistema inmunológico.
  • Ornitina: Liberar hormonas de crecimiento, metabolizar la grasa corporal, ayudar al sistema inmunológico, estimular la secreción de insulina, proteger el hígado, antioxidante.
  • Prolina: Retrasar el envejecimiento de la piel (produciendo colágeno), fortalecer cartílagos (en articulaciones, tendones y corazón).
  • Serina: Metabolizar grasas, crecimiento muscular, mantener el sistema inmunológico, formar las vainas de mielina que protegen los nervios, intervenir en el funcionamiento del ADN, formar células.
  • Taurina: Fortalecer el músculo cardíaco, mejorar la visión, componer la bilis (para la digestión de grasas).
  • Tirosina: Regular el metabolismo general, regular el estado de ánimo (controlando la adrenalina y la dopamina), estimular el sistema nervioso, suprimir el apetito, reducir la grasa corporal, producir melanina (pigmento de la piel), regular el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, la glándula tiroidea y la glándula pituitaria.
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