La cerveza es una bebida natural y saludable, su consumo puede incluirse en cualquier dieta equilibrada.
Es una bebida alcohólica desarrollada por los pueblos de los imperios mesopotámicos y por los egipcios, resultado de fermentar los cereales germinados en agua, en presencia de levadura de cerveza. Aunque existen en el mercado cervezas de trigo, mijo y arroz, la más habitual es la obtenida a partir de la fermentación de la cebada.
Aunque la cerveza ha tenido siempre una mala reputación, una ingestión moderada de cerveza (uno o dos vasos al día) es beneficiosa para la salud:
Ayuda a una incidencia menor de enfermedades de corazón, aporta vitaminas, relaja (debido a propiedades del lúpulo y el alcohol), es antioxidante (por contener polifenoles), promueve la secreción de jugos gástricos, facilita la digestión, estimula el apetito, es rica en potasio y baja en sodio (actúa como diurético y se recomienda en dietas para hipertensos), apaga la sed y refresca.
Se han realizado numerosas investigaciones para desmitificar muchos tópicos sobre la cerveza, tales como que la cerveza engorda dando lugar a la barriga cervecera, ya que aporta bajo contenido en calorías (aprox. entre 30 y 40 Kcal. por 100 ml.).
Es un alimento seguro desde el punto de vista sanitario, debido a: bajo pH, bajo potencial de oxido-reducción, alcohol etílico, isohumulonas del lúpulo y anhídrido carbónico disuelto. A todo esto hay que añadir que el agua y la cebada sufren un intenso tratamiento térmico en el proceso de fabricación, que destruye cualquier microorganismo presente.
La cerveza tiene propiedades funcionales importantes en base a sus distintos componentes:
- Alcohol etílico:
El consumo moderado de alcohol tiene efectos positivos para el organismo, siempre que se trate de individuos adultos, sanos y que no consuman fármacos con los que el alcohol pueda interferir, aumenta el colesterol asociado a las lipoproteínas de alta densidad (HDL) “reduce el riesgo de enfermedades y accidentes cardiovasculares”.
- Folatos:
Asociados a la reducción del riesgo a sufrir anemia megaloblástica y malformaciones en la médula espinal. El consumo de una cerveza al día cubre el 10-15% de las necesidades diarias de esta vitamina.
- Polifenoles:
Antioxidantes naturales, participan potencialmente en la protección contra enfermedades cardiovasculares y en la reducción del envejecimiento del organismo.
- Fibra Soluble:
El consumo de cerveza aporta una importante cantidad de la ingesta recomendable de fibra soluble, y puede complementar el aporte de fibra de otros alimentos.
- Vitaminas:
Aporta fósforo, vitaminas A, D y E, además de las vitaminas del grupo B (importantes para el equilibrio nervioso); La tianina (B1) actúa sobre el metabolismo de los glúcidos, la riboflavina (B2) facilita la digestión, piridoxina (B6) y la niacina (B3).